miércoles, 9 de enero de 2008

Las inoperadoras

    Con la llegada de los teléfonos móviles hemos caído en la ya común trampa del "compromiso de permanencia". Esto es, te cambias de operadora, te dan un móvil bonito y tú a cambio te comprometes a ser mercenario telefónico durante dieciocho meses y un día. Básicamente compran tu lealtad a golpe de terminal.

    Sabiendo esto, y con el principio de que "mantener un cliente es más fácil que atraer uno nuevo", las operadoras ofrecen el oro y el moro a los clientes de otras compañías a cambio de su alma durante un mínimo de dieciocho meses. Y como el individuo hispano es pachorro y contento como él solo, si prefieres quedarte en tu operadora de siempre, te ofrecerán un maravilloso sistema de puntos a través del cual podrás adquirir un nuevo terminal a precio desorbitado. ¿Parece absurdo, no? Para nada.

    Las operadoras saben perféctamente lo que hacen: la ley del mínimo esfuerzo. ¿Para qué ofrecerte algo antes de que te vayas pudiendo apurar hasta el último momento? El mero hecho de consumir el mínimo (una media de 9 euros al mes) ya les produce pingües beneficios, por lo que perder un cliente implica perder un mínimo de algo más de 100 euros al año.

    Hubo una época en la que estuvo de moda el siguiente diálogo:

[Cliente] Como no me den un terminal nuevo, me marcho a otra compañía.
[Operador] (Bajándose los pantalones) ¿Qué puedo ofrecerle para que se quede?



    Durante un tiempo funcionó. Hasta que las operadoras se percataron de que la mayoría de los españolitos de a pie juega al mus, y que no todos saben tirarse faroles. Así que las amenazas dejaron de surtir efecto y se sustituyeron por la típica escena en la que al protagonista le aparece un angelito en un hombro y un demonio en otro, siendo los papeles a jugar los de la nueva operadora y la antigua tras tramitar una portabilidad. La nueva ofrece un flamante móvil a cambio de sangre fresca durante 547 días. La antigua entonces saca el armamento pesado, ofrece el mismo móvil (o incluso uno mejor), descuentos durante meses y reducciones en las llamadas de por vida. ¿Por qué?

    Volvemos a lo de siempre. Spain is different.

    Por cierto, hoy me han llamado de mi -casi- antigua compañía para preguntarme el por qué de mi migración (ni me he molestado en cogerles el teléfono para escuchar sus contraofertas). Y la respuesta es simple: ya que me van a timar -ley de vida-, al menos que disimulen un poco.

    Moraleja: si cumples el año y medio de contrato y quieres móvil nuevo, no amenaces, actúa. Cuanto más se acerque el día de la portabilidad, más jugosos premios podrás llevarte. Y no sonrías pensando en que les has engañado: los que salen beneficiados de la transacción siempre son ellos. Símplemente conseguirás arañar un poquito más de lo que te habrían ofrecido en condiciones normales.

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