domingo, 28 de septiembre de 2008

I.T.

Y por fin, tras unos años de estudio, el suscribiente completa en septiembre de 2008 dos objetivos muy importantes a nivel personal: finalizar con éxito la carrera y reunir la experiencia laboral de un año como programador :)

domingo, 21 de septiembre de 2008

Envía ALTA al 1234

    Las empresas han sabido explotar con avidez el tirón de la telefonía móvil. Hasta tal punto lo han logrado que en cualquier programa de televisión o anuncio de revista se solicita al usuario el envío de una palabra a un número de cuatro dígitos al lucrativo precio de 1,2 € + IVA. Nunca he caído en los ardides publicitarios de este tipo, salvo años atrás que la curiosidad (esa curiosidad que en ocasiones me lleva por la calle de la amargura) hizo que mandara un mensaje al Diario de Patricia para comprobar en persona que realmente aquellos comentarios que se veían por la pantalla eran realmente enviados por la gente. Para mi sorpresa, mi mensaje apareció por televisión :)

La historia comienza el sábado pasado, momento en el cual, en un ataque de gula decido bajar al súper para comprar un surtido Martínez y saciar mis necesidades de glucosa. Al subir a casa, con una palmerita de chocolate en la boca, compruebo que hay una promoción en la cual regalan 100 vuelos diarios de ida y vuelta para dos personas con la compañía Ryanair. La cosa hubiese quedado así si no hubiera sido que el precio del mensaje marcaba 0,15 € + IVA. Nuevamente, la curiosidad me obligó a enviar el mensaje, con la curiosa sorpresa de recibir el siguiente mensaje:

    Has ganado! Para canjear tu vuelo gratis tienes que entrar en www.bimbo.com y utilizar este código: XXXXXXX. Puedes hacerlo hasta el 16 de noviembre.

    Así que si no es tongo (esperemos), el menda va a irse a conocer el año que viene las islas de Córcega y Cerdeña gracias a la gula y a las palmeritas de chocolate. Y ya no puedo decir la famosa frasecita de 'A mí nunca me toca nada'. :)

sábado, 26 de enero de 2008

Verdad verdadera

    Este mes he cambiado de operadora. ¿La razón? Necesitaba una tarifa óptima para realizar llamadas de larga duración a números concretos. Visto el panorama de las ofertas existentes en el mercado, lo más interesante era el 60x1 de Vodafone (tarifa que ya tenía) o la siguiente oferta de Yoigo:

            "No subiremos nunca nuestras tarifas. Verdad verdadera"

            "Todas las llamadas de Yoigo a Yoigo cuestan 0 cent/min.
            Da igual si llamas 3 minutos, 1 hora
            o hasta que se te acabe la batería del móvil.
            Como lo oyes,
 bueno, como lo lees,
            sólo pagas 12 céntimos de establecimiento de llamada."

            "Esto no es una promoción"


    Pues bien, con lo prometedora de la oferta, al final ha ocurrido lo siguiente:

    Primera verdad verdadera: Sí que han subido las tarifas. Bueno, en realidad a partir del 1 de Marzo. En ese momento, las llamadas gratuitas entre Yoigos serán limitadas a 60 minutos al día. A partir de ese momento, el minuto 61 costará como todas las llamadas: 12 cts/min + IVA.

    Segunda verdad verdadera:Sí que da igual llamar tres minutos o una hora. Pero si la batería del móvil dura más de una hora, estás vendido.

    Tercera verdad verdadera: ¿No es una promoción? ¿Cómo se le llama entonces a anunciar esta tarifa a bombo y platillo para después desaparecer mediáticamente y realizar este cambio justo después de Navidad? ¿Y cómo se le llama a hacer pública esta información mediante una nota de prensa (aquí) en lugar de anunciarlo honéstamente en su página para que todo el mundo se entere?

    En realidad, y pese a todo, si básicamente hablas con una o dos personas de Yoigo, la tarifa sigue estando genial (si hablas sólo con una persona, son un total de 12 cts cada uno por dos horas de conversación), pero me ha resultado decepcionante (como imagino que a todo el mundo) la falsa imágen de inocencia que intentaba dar la compañía, demostrando estar a la altura del resto de operadoras.

    A todo esto, no sé la decisión sería un plan premeditado o se debe a otras razones, pero Yoigo acaba de cerrar un acuerdo con Orange para utilizar sus infraestructuras mientras pierde su cobertura en algunas ciudades. Creo que es hora de comprar una tarjeta de otra compañía y utilizar las tarifas más convenientes. Yoigo ha dejado de convencerme. Y lo que es peor: la emoción por convencer a mis amigos para que se cambien de compañía. Personalmente, no voy a volver a recomendarlo.

    ¿Qué se podía esperar de una empresa que despide a 3.500 trabajadores en época de bonanza? Al menos honestidad no. Cabe esperar si se vuelve a repetir el caso de el año pasado en el cual Vodafone y Movistar modificaron unilateralmente las tarifas y sus clientes pudieron abandonar la compañía sin perjuicio alguno. En ese caso, no esperaré año y medio en una operadora que me ha decepcionado profundamente. Supongo que cuanto más te ilusionas con algo, mayor es luego la desilusión.

    Jodido efecto rebote...

miércoles, 16 de enero de 2008

Diez mil de las antiguas pesetas

Desde la entrada del €uro en nuestras vidas, se ha puesto muy de moda la expresión "son xxxxxx de las antiguas pesetas". Claro que no es fácil desembarazarse de una moneda que nació en 1868 y murió en 2002. Hace ya cinco años.

Navegando un poco, y vía Microsiervos, me he parado a reflexionar (cosa curiosa cuanto menos en los tiempos que corren) de lo asumida que tenemos la igualdad de 100 ptas = 1 €. Tanto que, leyendo el enlace anteriormente citado, me he puesto a hacer cálculos de lo que cuestan mis gastos cotidianos. Una tabla resumen es la siguiente:

  • Gominola: 8 ptas.
  • Bolsa de pipas: 92 ptas.
  • Autobús (urbano): 133 ptas.
  • Litro de leche: 162 ptas.
  • CocaCola 2 litros: 204 ptas.
  • Café con leche: 207 ptas.
  • Cerveza: 250 ptas.
  • Palomitas (cine): 632 ptas.
  • Gin Tonic: 665 ptas.
  • Autobús (64 km): 740 ptas.
  • Entrada de cine: 915 ptas.
  • Pizza Familiar 4 ingredientes: 3153 ptas.
  • Depósito de gasolina (50 litros): 9151 ptas.

Lo cual demuestra (al menos a mí) el efecto psicológico de la equiparación que se ha producido entre la chapa (los veinte duros de toda la vida) y el euro. Nos quejamos mucho de la subida de precios, pero... ¿ponerse a imaginar una migración a las "antiguas pesetas"? Me sé de más de uno que no soportaría ver en qué se han convertido nuestros antiguos precios...

miércoles, 9 de enero de 2008

Las inoperadoras

    Con la llegada de los teléfonos móviles hemos caído en la ya común trampa del "compromiso de permanencia". Esto es, te cambias de operadora, te dan un móvil bonito y tú a cambio te comprometes a ser mercenario telefónico durante dieciocho meses y un día. Básicamente compran tu lealtad a golpe de terminal.

    Sabiendo esto, y con el principio de que "mantener un cliente es más fácil que atraer uno nuevo", las operadoras ofrecen el oro y el moro a los clientes de otras compañías a cambio de su alma durante un mínimo de dieciocho meses. Y como el individuo hispano es pachorro y contento como él solo, si prefieres quedarte en tu operadora de siempre, te ofrecerán un maravilloso sistema de puntos a través del cual podrás adquirir un nuevo terminal a precio desorbitado. ¿Parece absurdo, no? Para nada.

    Las operadoras saben perféctamente lo que hacen: la ley del mínimo esfuerzo. ¿Para qué ofrecerte algo antes de que te vayas pudiendo apurar hasta el último momento? El mero hecho de consumir el mínimo (una media de 9 euros al mes) ya les produce pingües beneficios, por lo que perder un cliente implica perder un mínimo de algo más de 100 euros al año.

    Hubo una época en la que estuvo de moda el siguiente diálogo:

[Cliente] Como no me den un terminal nuevo, me marcho a otra compañía.
[Operador] (Bajándose los pantalones) ¿Qué puedo ofrecerle para que se quede?



    Durante un tiempo funcionó. Hasta que las operadoras se percataron de que la mayoría de los españolitos de a pie juega al mus, y que no todos saben tirarse faroles. Así que las amenazas dejaron de surtir efecto y se sustituyeron por la típica escena en la que al protagonista le aparece un angelito en un hombro y un demonio en otro, siendo los papeles a jugar los de la nueva operadora y la antigua tras tramitar una portabilidad. La nueva ofrece un flamante móvil a cambio de sangre fresca durante 547 días. La antigua entonces saca el armamento pesado, ofrece el mismo móvil (o incluso uno mejor), descuentos durante meses y reducciones en las llamadas de por vida. ¿Por qué?

    Volvemos a lo de siempre. Spain is different.

    Por cierto, hoy me han llamado de mi -casi- antigua compañía para preguntarme el por qué de mi migración (ni me he molestado en cogerles el teléfono para escuchar sus contraofertas). Y la respuesta es simple: ya que me van a timar -ley de vida-, al menos que disimulen un poco.

    Moraleja: si cumples el año y medio de contrato y quieres móvil nuevo, no amenaces, actúa. Cuanto más se acerque el día de la portabilidad, más jugosos premios podrás llevarte. Y no sonrías pensando en que les has engañado: los que salen beneficiados de la transacción siempre son ellos. Símplemente conseguirás arañar un poquito más de lo que te habrían ofrecido en condiciones normales.